domingo, 30 de octubre de 2011

Cosas que aprendí en el Foto Club Valencia

Acabábamos de estrenar el año 2007 cuando, apurando las últimas compras de Reyes, decidimos mi media naranja y yo coger el metro para ir al centro de la ciudad y evitar así los agobios del tráfico propios de tan entrañables fechas. Pudimos haber bajado en Plaza de España, pero ya que no teníamos prisa, decidimos seguir montados en el subterráneo un par de estaciones más y darnos un paseo. 

Caminando desde la parada de Patraix hasta el centro de Valencia por la Avenida Gaspar Aguilar, vimos en la acera de enfrente un pequeño local con un rótulo que decía "Foto Club Valencia". Ya hacía tiempo que veníamos dándole a la cabeza apuntarnos a un curso de fotografía y sacar provecho a nuestra  cámara que, aunque equipada con una ruedecita con las letras P, A, S y M, siempre andábamos disparando en automático. Sí, confieso, ese mismo cuadradito verde que acompaña a las otras letras y que ahora me da tanto repelús ver en una cámara. Al entrar en el local, pudimos ver una exposición de fotografías muy curiosa. Un señor, que nos atendió muy amablemente, nos convenció para apuntarnos al siguiente curso de fotografía. Habíamos estado viendo cursos en otros lugares, pero el elevado precio nos tiraba para atrás, pensando que realmente "no nos gustaba tanto la fotografía" como para gastarnos ese dinero. 

Finalmente nos apuntamos al cursillo que además, por el mismo precio, te incluía las tres primeras cuotas de socio. Al salir del local, nos dijimos que bueno, que "a los tres meses nos damos de baja y ya está"....y ya vamos camino de nuestro quinto año. Incluso hemos hecho una exposición fotográfica en el Foto Club Valencia. Quién nos lo iba a decir cuando cruzamos aquella puerta por primera vez.

Del 2007 al 2011. Una fotografía por año de lo acontecido en nuestro Universo FCV.
 
Ahora ya se nos ha quitado esa "mala costumbre" de poner la cámara en automático, disparamos en raw, hemos aprendido muchos secretos de la fotografía digital (curiosamente ahora estoy empezando a disparar con carrete), y lo que es mejor, es que hemos conocido a un grupo de gente extraordinaria.

Y en estos días que llueve, y que apetece salir poco a la calle, me he dedicado a poner en práctica cosas que he aprendido en estos últimos cinco años. Gracias a que aprendí a disparar en raw, y a que siempre hay alguien dispuesto a enseñarte algún truquito, he podido rescatar algunas fotografías de viaje que nunca pensé que podría volver a mirar. Fotos oscuras, con cielos quemados, que gracias a la magia digital pueden volver a transportarnos a lugares lejanos que un día tuvimos la suerte de poder visitar.
 
  Secuencia de imágenes: antes y después, usando la técnica de HDR
 
Si alguno de los alumnos de este último curso de cámaras lee estas líneas y decide quedarse con nosotros más allá del proceso de iniciación, dentro de cinco años entenderá lo que he escrito, y por qué lo he escrito. Porque, aunque es cierto que aprendí mucho durante esas cuatro semanas, más aprendo con el paso de los años perteneciendo a este maravilloso grupo.
Fotografías: Pilar Rudilla y Daniel Torras
Crónica: Daniel Torras

3 comentarios:

  1. Yo si que te entiendo, eres una maravilla y todo un artista !!

    ResponderEliminar
  2. Me alegra que os pasareis esas dos estaciones, y así poder tener el gusto de disfrutar de vuestra compañía.
    Muchas gracias.

    L'important c'est la rose.

    ResponderEliminar